Don Omar: «Venezuela no necesita más conciertos, necesita menos corruptos»

Don Omar catalizó así la oleada de simpatías que vuelve a despertar la causa democrática de Venezuela entre artistas de dentro y de fuera del país criollo.

«Merenguerito, toma nota», disparó por su lado el rapero estadounidense Arcángel para responder a Omar Acedo, cantante y yerno de Diosdado Cabello, el número dos de la revolución. «En tu país hay muchos niños muriendo de hambre, de cáncer y un millón de necesidades más. En vez de estar haciendo fiestas para los pocos que pueden, ayuda a los muchos que no pueden», dijo Arcángel.

«Venezuela no me quiere, ¡Venezuela me ama!», respondió a las mismas críticas la mexicana Ana Gabriel en su concierto de Lima, al que también acudieron emigrantes venezolanos.

«Finalmente un artista que antepuso la conciencia sobre la conveniencia», manifestó el exprisionero político Demóstenes Quijada tras conocer las reacciones de Don Omar, Arcángel y Ana Gabriel, zarandeados por no sumarse al rally de conciertos que artistas internacionales como Karol G, Maluma y Luis Gabriel han protagonizado en Caracas dentro de un ciclo propagandístico que la revolución bautizó como Venezuela se arregló.

«Como siempre hacen las dictaduras quieren disfrazar su barbarie con música o deporte. La propaganda chavista es tremenda y, aunque cada día tiene menos pegada, por la realidad tan dura, sigue siendo muy fuerte y ello incluye a ciertos artistas hipócritas que hablan de paz y democracia, pero apoyan a semejante dictadura. Y que alguien con tanto peso como Don Omar, y antes Daddy Yankee y Arcángel, digan las cosas tan claras es sumamente importante. Ayuda a que se hable de Venezuela y que se haga mencionando las cosas como son: una dictadura«, explicó a EL MUNDO el politólogo Walter Molina Galdi.

Circo sin mucho pan, como asegura este politólogo, que no duda en calificar como «barbarie pura» eventos propagandistas que han llegado incluso al Helicoide (centro de reclusión para presos políticos, temido por las torturas y malos tratos que se practican en su interior), que recibió un torneo de basket en una pista situada por encima de las celdas.

Al frente de este plan chavista están Acedo y El Potro Álvarez, que pasó de ser un buen beisbolero a convertirse en un pésimo reguetonero al servicio de la revolución. A través de ellos se suceden la cadena de conciertos, marcados también por distintos escándalos. Como cuando un narco organizó desde su celda el concierto del bachatero Romeo Santos en una base militar en Caracas.

«Estos conciertos de alguna forma entretienen a la población. Habíamos estado aislados de estos artistas. Te distraen, incluso Karol G actuó con precios muy asequibles. Se llenó porque la gente necesita espacios para recrearse. Pero cuando regresas a casa, no hay agua, no hay luz o falla el internet. El circo no es suficiente y además no llega a toda la población», describió para este periódico el promotor cultural Luis Serrano.

La organización Espacio Público recabó a través de una encuesta que el 11% de los venezolanos fueron en 2023 a algún tipo de concierto. «Y sólo el 15% fue el año pasado al cine y el 6% pudo comprar al menos un libro», concluyó Serrano.

Fuente: El Mundo- Medio digital de España

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